Infraestructura y paisaje urbano en el S. XXI: una propuesta sensorial #Arquitectura+Infraestructura

Sabemos

Cuando pienso sobre el paisaje urbano vienen a mi cabeza una serie de imágenes o experiencias en las cuales mi visión es el aspecto central de la experiencia. Si bien recuerdo las sombras y los colores, nunca logro vincular esto con sensación corporal, con algún sonido o con algún olor, más bien se mantiene como una imagen estática en mi mente.  Este tipo de reflexiones tan comunes surgen de una cultura estética basada en lo visual. La formación académica bebe de ella, ofreciendo al arquitecto metodologías con énfasis en el aspecto visual al momento de reflexionar sobre el paisaje.

En La imagen de la ciudad, Kevin Lynch aborda un problema visual en específico: el aspecto de la ciudad. “El paisaje urbano, entre sus múltiples papeles, tiene también el de algo que ha de verse, recordarse, causar deleite. Dar forma visual a la ciudad constituye un tipo especial de problema de diseño”. A partir de esta observación, Lynch trata la imagen del medio ambiente, la imagen en que se encuentra sumido el peatón, enfocándose más específicamente en su ‘legibilidad’. De este modo, Lynch propone una metodología de análisis urbano basada en la orientación: “el proceso de orientación, el vínculo estratégico es la imagen ambiental, la representación mental generalizada del mundo físico exterior que posee un individuo”. Este arquitecto propone fijar la atención en aquellos aspectos visuales de la ciudad que nos permiten trazar y recordar una serie de recorridos, aquellos que nos permiten ubicarnos espacialmente. Así, propone analizar el paisaje a partir de estos elementos a los cuales llamará sendas, bordes, barrios, nodos y mojones, cuyas características son netamente visuales.

Esquemas ilustrativos de las metodologías de Kevin Lynch y Gordon Cullen.

Otra metodología que se enfoca en los aspectos visuales es la que Gordon Cullen muestra en su libro The Concise Townscape. Cullen aborda el problema del paisaje urbano a partir de las diferentes relaciones que existen entre sus elementos y el sujeto debido a que “The human mind reacts to a contrast, to the difference between things, and when two pictures (the Street and the courtyard) are in the mind at the same time, a vivid contrast is felt and the town becomes visible in a deeper sense”. Cullen se centra en las características secuenciales de la ciudad y por lo tanto se enfoca en el contraste visual. Lo importante de esta metodología no recae en la orientación sino en la posición, debido a que el paisaje ofrece  una experiencia visual. Por ello, se propone analizar la ciudad desde situaciones que involucran una serie de sensaciones catalizadas por la visión como los enclaves, la vista panorámica, entre otros.

Dibujo del espacio urbano secuencial, por Gordon Cullen.

En contraposición a este tipo de postulados, las ciudades y sus paisajes han cambiado de tal manera que es necesario considerar otro tipo de metodologías que puedan ayudar a mejorar nuestras propuestas. Es necesario entonces precisar que estos cambios hacen referencia a la llegadas de las infraestructuras, entendidas como “conjunto de elementos, dotaciones o servicios necesarios para el buen funcionamiento de un país, de una ciudad o de una organización” (DRAE). Su importancia radica en que, a partir de su entendimiento como componentes del paisaje, estos elementos sugieren nuevas metodologías teóricas y prácticas que van más allá de la visión y buscan generar una experiencia sensorial. Una infraestructura es un sistema que provee de servicios a un territorio. Para lograr cumplir este tipo de funciones es necesario que el hombre intervenga el mismo territorio, es decir, una condición intrínseca de la infraestructura es que surge a partir de la manipulación del espacio.

Las grandes vías e interconexiones, los puentes peatonales, la canalización de los ríos y los sistemas de acueducto no son elementos que se puedan analizar o intervenir a partir de una metodología exclusivamente visual. Estos espacios ofrecen una experiencia al peatón que estimula todos sus sentidos, no sólo la visión. Por ejemplo, pararnos en la mitad de un puente nos permite sentir la dirección del viento, ampliar la vista, escuchar el ruido de los automóviles, oler las copas de los árboles. De igual manera, las grandes vías de la ciudad tienen la capacidad de generar percepciones intensas.

Mapeo de realidades perceptivas en la Carrera 30, por Maria Elena Vanegas y Sara Ospina.

La Carrera 30 en Bogotá es un buen ejemplo de esta combinación, provocada por el encuentro de infraestructuras de diferentes escalas. Es posible analizarla a partir de la percepción, entendida como un fenómeno multisensorial, no centrado únicamente en la vista. Este análisis se realizó por medio de una serie de entrevistas a diferentes personas que circulan a lo largo de la Carrera 30 y su resultado fue graficado de tal manera que las diferentes concepciones se yuxtaponen para demostrar que su conjunción de infraestructuras ofrece una serie de experiencias sensoriales y sensitivas, enmarcadas dentro de las distintas dinámicas y costumbres de los peatones.

Proyectar propuestas arquitectónicas a partir de este acercamiento supone un reto interesante. El análisis de posibles referentes se debe realizar a partir de la búsqueda de permeabilidades físicas y emocionales, y no sólo de metodologías visuales. Es necesario comprender tanto la forma como su atmósfera, explicar las experiencias que surgen en el lugar a partir de los sentidos.

A partir de estos aprendizajes proponemos cuatro tipos de estrategias diferentes para potenciar e involucrar las infraestructuras a partir de lo sensorial: el recuerdo, la atmósfera, el tiempo, y lo oculto. Intervenir a partir del recuerdo requiere generar una serie de sensaciones a partir de la infraestructura por medio de intervenciones puntuales como la escala, los colores y los materiales, para así generar una memoria que se vincule con el territorio.

Propuestas sobre la carrera 30 a partir del recuerdo, por Sara Ospina.

Por otro lado, intervenir a partir de lo oculto requiere tener en cuenta que algunas infraestructuras operan bajo tierra. Por ello se propone crear un red vinculada al acueducto que, a partir de la recolección y el tratamiento de agua, genere un ciclo de experiencias sensoriales que permitan tomar conciencia de lo visible y lo oculto.

Propuestas sobre la carrera 30 a partir del recuerdo, por María Elena Vanegas.

En el caso de la atmósfera, la estrategia usada es crear una serie de dispositivos físicos, dentro en una nueva infraestructura peatonal, que manipulan el agua para presentarla ante el peatón de distintas maneras, ya sea como un rocío o como una cortina que nubla la visión.

Propuestas sobre la carrera 30 a partir de lo oculto, por Mateo Soto.

Finalmente, para intervenir a partir del tiempo se proponen superficies públicas de materiales que cambian con el paso del tiempo, inundables durante ciertas épocas del año. De este modo se busca reconocer la importancia de la infraestructura como componente paisajístico, una conjunción de elementos complejos que hacen del paisaje del S.XXI algo cambiante.

—————————–

Bibliografía

  • Lynch, K. (2015). La imagen de la ciudad (1ª ed., 8ª tirada). Barcelona: Gustavo Gili.
  • Cullen, G. (1971). The Concise Townscape. Oxford: Elesiver Ltd.
  • Koolhaas, R. (2000). Mutations. Barcelona: Actar.

 

Deja una respuesta